Lo que no te cuentan las empresas

Lo que no te cuentan las empresas

Durante una entrevista para un cargo de alta responsabilidad —uno para el que, sinceramente, no tenía experiencia previa— el gerente me miró fijamente y me dijo:

“Señor Adrián, he revisado su hoja de vida y quiero hacerle una pregunta: ¿Qué lo convierte en el candidato ideal para este puesto?”

Por mi mente pasaron mil ideas. Sin embargo, recordando mis primeras experiencias como emprendedor, entendí algo fundamental:
para que una empresa alcance la excelencia, cada persona dentro de ella debe estar realmente comprometida con ese propósito.

Así que respondí con convicción:

“Quiero formar parte del equipo y ser el líder del área, y así contribuir con los resultados y el éxito de esta empresa.”

Una semana después, recibí la llamada de Recursos Humanos con una sola frase que jamás olvidaré:

“Estás contratado.”


Lo más valioso de esta breve historia no es la contratación en sí, sino el compromiso.
Ese compromiso que significa invertir tiempo, energía y pasión en construir soluciones, asumir responsabilidades y generar resultados reales.

Porque, al final, el éxito no se improvisa: se construye día a día con actitud, esfuerzo y propósito.